Estuve hace cuatro años en Roma (cuatro años
ya) y me pareció la ciudad más triste del mundo por un simple motivo, no tiene
gorriones, no los tiene, si tenéis la suerte de poder visitar la Ciudad Eterna
no los busquéis pues no los encontraréis, hallaréis palomas y cuervos pero no “passerotti”.
“Gorrioncito qué melancolía, en tus ojos muere el día ya” que
cantaba Sandro Giacobbe, está claro que el bueno de Sandro no es romano, yo
como madrileño aprecio en su buena medida el valor de una ciudad con gorriones,
y es que lejos de apreciar el canto de un gallo como despertador, prefiero que
el alboroto que suelen armar mis amigos cuando las primera luces del día
apuntan, sea el aviso de una nueva jornada y si es festiva, mejor.
En Lanzarote, alrededor de la
piscina, pude disfrutar de sus rapiñas hacia las más lentas palomas del lugar,
casi conseguí que me conocieran pues el emparedado de la mañana se lo desmigaba
a las doce con gran revuelo y alborozo de su parte.
¿Más historias de gorriones? Tendría
que mirar mi archivo fotográfico, rara
es la ciudad donde voy que no aprovecho para fotografiarles, Segovia,
Gibraltar, Aberdeen, Edimburgo, Algeciras y muchos lugares más, en todos ellos
posaron para mí.
Desde hace algunos años estoy
preocupado, ya no me despiertan los gorriones de mi calle, los he dejado de
sentir, no solo por la mañana, sino en todo el día, raro es el momento que
sobrevuelan frente a mi ventana, está claro que ya no hacen nidos en los
árboles de mi calle, pues ya no veo en primavera gurriatos precoces en
abandonar el nido, a los que hay que poner a buen recaudo de los gatos,
aupándolos de nuevo en las ramas de las moreras. También leí la noticia: según
la Sociedad Española de Ornitología, es cierto, nos vamos quedando poco a poco,
inexorablemente sin gorriones y otras avecicas, el uso de pesticidas y la caza
incontrolada en el campo, va reduciendo poco a poco su número.
Como seguramente a nuestros
gobernantes les importa un bledo que haya o no gorriones, en pocos años nos
veremos abocados a ver como se “romanizan” nuestras ciudades y es una lástima,
no será el pájaro más bello ni el que mejor cante, pero que nadie me diga que
no es el más simpático.
Los británicos tienen infinidad
de defectos (si queréis abro una lista) pero nos llevan siglos de ventaja en el
amor a los animales (si, a pesar de la caza del zorro) por lo que en mi último
viaje a Escocia me he permitido emularles, me he comprado este sencillo
comedero para echarles una mano a los sufridos gorrioncitos de mi barrio, a
pesar que ellos ensucien la ropa que mi mujer pone a tender, nadie dijo que no
fueran desagradecidos.
Si bonitos son, no cabe duda, pero te la van a liar parda, yo te aviso porque tuve hace mucho la misma idea y terminaron saliéndome plantas de alpiste en todas las jardineras y hasta en el desagüe (de hecho siguen, aunque cada vez menos porque las arranco a las primeras de cambio) .
ResponderEliminarPor otra parte, tienen la fea costumbre de comerse las plantas carnosas (aunque les hayas puesto el alpiste).
Besos
Bueno, ya dije que no son agradecidos, pero son tan encantadores...
EliminarUn beso
Que detalhe precioso... também sinto falta dos pardais... eles me acompanham no dia a dia... quando vou para o trabalho, estão ali ciscando perto do ponto de ônibus; quando vou ao restaurante, eles insistem em sobrevoar o ambiente em busca de alimento; quando vou passear no parque, eles estão em bandos enormes ciscando... enfim... fazem parte do cotidiano e alegram os nossos dias mais melancólicos.
ResponderEliminarBeijos.
Me parece una idea preciosa la de tu comedero para gorriones, y tienes razón en que cada vez se ven menos, por no decir, casi ninguno. Y estoy de acuerdo contigo en que los ingleses tienen a su favor su gran amor a la naturaleza y a los animales. Un beso y feliz semana,
ResponderEliminarEn mi zona sí hay gorriones. Son los que se encargan de ensuciar el coche todos los días cuando lo aparco en la avenida...
ResponderEliminarpero a pesar de todo, es cierto, dan mucha vida al lugar que ocupan temporalmente o por largas estancias jaja
también estoy de acuerdo, has tenido una buena idea con el comedero de gorriones.
un abrazo :)
Es cierto. En las zonas de Sevilla en las que más me muevo también estamos acusando la desaparición progresiva de los gorriones y estoy de acuerdo en que es una pena porque yo disfruto despertando por las mañanas con sus trinos.
ResponderEliminar¡Que tengas una feliz semana!
Hola J.A.
ResponderEliminarEn Barcelona todavia tenemos estos simpaticos pajarillos, aunque cada vez más presionados por esa especie invasora de origen tropical que no recuerdo su nombre...una especie de lorito escandaloso que arrasa con todo lo que pasa por delante de su pico.
Me has recordado aquel post que les dedique hace tiempo. Con tu permiso :)
http://apufoto.blogspot.com.es/2010/09/el-comun-gorrion-un-afable-nativo.html
Aqui no Brasil temos a maritaca, semelhante ao que nos contou agora. Será que ela já chegou aí? :O
EliminarBeijos para os dois!
En mi niñez vivía en una casa con dos nísperos (también níspereros)donde colgaban sus nidos los gorriones. No había primavera q no cayeran unos cuantos, q mi padre y yo recogíamos y alimentábamos con pan mojado en leche y otros manjares. Los adoro; además, son unos seres de sorprendente inteligencia. Recuerdo un reportaje que vi una vez: empujaban trozos d pan a la carretera para q las ruedas de los vehículos les pasasen por encima, y accedían después a las migajas con sumo placer.
ResponderEliminarUn abrazo, me sumo a la reivindicación. Roma para los romanos.
En mi urbanizaciòn estàn llegando los pàjaros tropicales y se estàn perdiendo los gorriones.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Si Jose, ya ni gorriones, nada, solo cemento y hierro. Que pena de mundo. Un abrazo.
ResponderEliminarTus comentarios son como sorprendentes mensajes que se esconden en una botella de cristal :))
ResponderEliminargracias por enviarlos y me alegro mucho de encontrarlos...
otro beso