No podía creer lo que estaba viendo,
siquiera en vacaciones me libraba del
castigo que suponía el no poderme alejar de mi trabajo o todo lo
inherente a él, además me encontraba a mil y pico de kilómetros del solaz y
acogimiento uterino que supone el Búho Bizco, por lo que esta aventura la
tendría que pasar sin esos personajes tan entrañables para mí (menos el
subinspector Guillén). Efectivamente, delante de mí se hallaba un cadáver,
además concurría la circunstancia que se
podía llamar al libro Guiness de los récords para que diera fe del hito que
suponía el asesinato más elevado del mundo, pues según la Wikipedia, la cima
del Teide se encuentra a 3.718 metros sobre el nivel del mar y no tengo
conocimiento que haya ocurrido en algún otro lugar del orbe un asesinato a
mayor altura.
También es mala suerte precisamente irme
a Tenerife de vacaciones y encontrarme con esta desgracia, tenía cita para
poder acceder al ápice del pico señero por su altitud en España y aproveché
para tomar el teleférico a primera hora, subí acompañado de un par de turistas
teutones y al llegar a la estación de arriba me dí cuenta que la ascensión la
emprendería solo, pues los germanos estaban más por la labor de calentar sus
cuerpos del fresco serrano que corría
por el lugar, a base de chupitos de schnapps, rechacé su amable invitación y
emprendí en solitario la ascensión.
Afortunadamente dejé de fumar hace
tiempo, por lo que la subida, con sus convenientes descansos no se me hizo muy
afanosa, cuando llegué a la cima, saqué mi cámara de fotos y me dispuse a
inmortalizar el hecho, pero no, al final un personaje fuera de lugar me lo
impidió, un bulto junto a la sulfatara rompía todo el encanto del lugar y me
puso en estado de alarma.
Me acerqué circunspecto temiendo lo que
se me avecinaba, tiempo de mis vacaciones perdido en trámites y pesquisas
policiales, puse mis dedos en el cuello y comprobé que al bulto a partir de
ahora se le podía denominar como cadáver sin remisión. Ante mí se hallaba un
varón de mediana edad cosido a puñaladas por las que la vida se le escapó, un
brazo estaba asido a duras penas al mástil de la bandera canaria y esta se
encontraba en el suelo, suelta la cuerda que en su momento la sujetó enhiesta.
Doy un salto en la narración comentando
brevemente mi llamada al 112 la llegada de policía, enfermeros, juez, bomberos,
Cruz Roja, periodistas, miembros de ICONA, SERPONA y seguro que alguno de FET
de las JONS.
Algunas horas más tarde, ya al nivel del
mar y ante el tacto acogedor de un vaso de ron miel, se presentó ante mí el
comisario responsable de la investigación.
-
Querido inspector Gracia ¡qué gusto de
verle por aquí! Las noticias de sus éxitos también llegaron a las islas, es un
placer tenerle entre nosotros.
-
Me ruborizan sus halagos.
-
Bien merecidos por supuesto. En fin, no
sé como decírselo, me haría usted un grandísimo favor si pudiera ayudarnos en
la investigación, estamos en un punto muerto del que no podemos salir y me
gustaría que por el bien y la justicia tuviera usted a bien echarnos una mano,
desde luego haría todo por agradecérselo extraoficialmente, por supuesto.
-
No sé, en fin, dígame cómo van las
pesquisas.
-
Pues bien, le diré que el finado es un
industrial al que el óbito favorece muy claramente a sus tres sobrinos como
herederos que son, como creo que habrá colegido, éste no tenía descendencia ni
ascendentes vivos.
-
¿Podría usted reunirlos en una sala?
-
Si, cómo no, enseguida ¿Qué plan va a
seguir con ellos? ¿necesita un acompañante como poli bueno o poli malo?
-
Discúlpeme señor comisario. – Aduje –
pero tenía in mente hacerlo más bien
como Agatha Christie, de quien me confieso ferviente seguidor, y de su excelsa
criatura imaginada, el simpar Hércules Poirot. Es decir, los reúno a todos en
una sala y con sagaces preguntas descubriré quién es el asesino, o eso espero.
-
Muy bien, como usted vea caro inspector,
es usted el experto, en sus manos me pongo con tal de resolver el misterio.
He de decir a favor del comisario, que
éste preparó con presteza la reunión, allí estaban todos los implicados o más
bien los interesados en la muerte del industrial, alrededor de una mesa oval,
una mujer y tres hombres, todos treintañeros , aguardaban hastiados, esto lo
colegí por sus rostros huraños, poco amigables, desde luego que no esperaba que
me prestasen mucha colaboración.
Como hombre educado en la vieja escuela,
el comisario principió a presentarme a la mujer.
-
Maruja Biensalobre, sobrina del finado,
ama de casa residente en Icod, el día de los hechos se encontraba al parecer
regando el jardín.
-
¿Tiene usted tajinastes rojos?
-
No señor, no es la época, florecen en
primavera, en verano se agostan.
A un gesto mío el inspector me presentó
al segundo sobrino.
-
Joaquín Dongil, asimismo sobrino, clavicembalista
de la orquesta sinfónica de Santa Cruz.
-
¿Cómo se llamaba antiguamente la nota
musical do?
-
Ut, eso lo sabe cualquier crucigramista.
Un poco sorprendido por las preguntas
que iba formulando, el comisario me presentó al último sobrino.
-
Arturo Blanco, taxista de La Orotava.
-
¿La baca del coche se escribe con be o
con uve?
-
¿En serio que es usted policía?
-
Las preguntas las hago yo, listillo.
¡Confiesa tu crimen canalla!
- o - o - o - o - o - o - o - o
-
Comisario
es usted realmente muy amable al acompañarme al aeropuerto y mucho más al pagar
la cuenta de mi hotel.
-
Es lo menos que podía hacer al haber
resuelto favorablemente el crimen. Todavía sigo dándole vueltas al asunto y no
me acabo de explicar cómo consiguió resolverlo.
-
Como dice mi admirado Poirot, un poco de
materia gris y sobre todo darse cuenta de los pequeños detalles, en el
escenario del crimen había una cosa que no me terminaba de cuadrar y la
profesión del asesino me lo aclaró ostensiblemente.
-
¿Sí? ¿Cuál fue?
-
En la cumbre del Teide, después de
asesinar a su tío. Como buen taxista, no podía por menos que bajar bandera.
Para que luego diga la Merkel que los españoles no somos serios y rigurosos en el trabajo!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola J.A.
ResponderEliminarMe alegro leerte de nuevo,las islas afortunadas te han recargado de inspiración :)
Un fuerte abrazo
jajaja
ResponderEliminarHola! has estado de taxista estas vacaciones, llendo y viniendo al pueblo? Seprona es un servicio que debe funcionar sobre todo en Tenerife, en los alrededores del Teide. Y el inspector como siempre, hábil, rápido, astuto, inteligente y dispuesto a echar una mano aún en vacaciones... porque la justicia no descansa jaja.
Me ha gustado, sí señor. Como siempre, es un placer leerte.
Un abrazo
Adorei sua visita no Sedimentos e especialmente gostei de retornar aqui no seu blog para ver que você está de volta com seus escritos inteligentes e interessantes...
ResponderEliminarFelicidades e saúde, querido.
Beijo carinhoso.
Qué tal, amigo? Bien aprovechadas esas vacaciones, con caso a la vista y bien resuelto, como era de esperar. Al leer el título temí que el finado fuese uno de esos camellos que tan amablemente transportan por la isla a esos turistas entusiastas que la visitan. Menos mal que el Inspector Gracia no necesita servirse de ninguno para llevar a cabo sus pesquisas. Un abrazo y bien hallado.
ResponderEliminarjajaja muy bueno como siempre!!!
ResponderEliminarVeo que en las vacaciones no has perdido la inspiración.
Un besote
Mira que he visto, hablando de Hermes en Madrid.
ResponderEliminarhttp://www.alexmadrid.es/
Ya tenía ganas de volver a leer tus relatos. Muy buena la deducción del inspector Gracia, ¡mira que es listo jajaja! Desde luego, no tiene nada que envidiarle al Hercules Poirot. Un besote y feliz tarde de domingo,
ResponderEliminarsi te soy sincera no he probado el paloduz jaja, pero el regaliz no es mi golosina preferida, siempre me ha parecido muy fuerte, poco dulce :))
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo
Gracias por tu interés Jose Antonio. Estoy de bajón, de juicio, abogados, despidos improcedentes, gentuza, colas en el inem, etc. Ya sabes para no desentonar con los maravillosos tiempos que corren. A ver si arreglo mis cosas cuanto antes y me animo a seguir. Besos y gracias otra vez.
ResponderEliminarBrilhante.
ResponderEliminarAbrazo
http://desilusao.weebly.com