lunes, 22 de marzo de 2010

Ansiedad

Oigo pasos por la escalera, ¿se detienen?, no, continúan , uno, dos, tres, siguen subiendo escalones, esta vez no llega, me retuerzo las manos, me rasco la barbilla y me tiro de los pelos de las cejas pero nada, no me calma mi ansiedad ando pasillo adelante y voy golpeando las paredes con los nudillos, un leve resalte en la pared me crea un arañazo, ¿me saldrá sangre? creo que no, menos mal, los antiagregantes que tomo me harían sangrar un buen rato hasta parar la hemorragia, aun así me chupo repetidas veces el puño, ¿Por qué tardara´ tanto? Me paso repetidas veces las manos por la cara frotándome los ojos, pero no consigo tranquilizarme, que terrible es vivir en este estado, la preocupación no me deja vivir, mi desesperación me lleva a dar patadas al rodapié en un vano intento de relajarme, siquiera es capaz de llamar por teléfono, lo he revisado mil veces, tiene carga y esta´ conectado, pero aun así lo vuelvo a revisar, vuelvo a la puerta y me apuesto en la mirilla, los nervios hacen que se me nuble la vista y tengo que volver a frotarme los ojos, vuelvo a mirar y las puertas de mis vecinos se aparecen ante mi vista si que se perciba un solo movimiento, me retiro de la puerta llevándome las manos a la cabeza desesperado, sin saber que mas hacer.

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