Yo te hablaba pero tú no parecías
escucharme, todos los fantasmas del pasado pasaron entonces por mi memoria.
Siempre fui un patán, siempre malogrando cualquier relación. Te hablo y no me
miras, sigues contemplándote frente al espejo en una casa ajena, desconocida,
quizás sea en la que ahora vives tú.
Mi sueño me traslada a otros momentos,
otras relaciones, inexorablemente rotas cuando apenas comenzaban a madurar. Y
allí quedo yo, con los ojos abiertos, a veces arrasados por las lágrimas que
pugnan por brotar, pero siempre en silencio. –Qué más decir. A veces pienso que
eso ha sido mi vida, una sucesión de fracasos entre intervalos más o menos
dilatados en el tiempo.
Quizás han sido las gotas de lluvia
que repiquetean en la ventana, las que me han hecho despertar y tener que
hacerme recordar este mal sueño. Arrebujado entre las mantas, me doy la vuelta
buscando en la oscuridad el olvido de mi vida anterior pero no lo consigo.
En la oscuridad se me representan
otros rostros, otros amores malogrados, mil historias que pudieron ser y nunca
fueron. Vuelvo a moverme incómodo en la cama y al estirar el brazo me doy
cuenta de lo grande que es la cama sin ella y la tristeza que me acompaña.
Por fin suena el despertador, casi como
el gong salvador de un luchador grogui, pero antes de enfrentarme con el mundo
me encuentro con el abrazo y el húmedo lametón de mi mejor amigo.
Há que se recuperar e recomeçar... a vida é tão curta...
ResponderEliminar(ainda bem que tem um amigo...)
Ânimo e sorte!
Um beijo
Carpe Librum! Beijos, rosas e... salve Jorge! :)
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