Toc toc, voy caminando por la calle atento
solo al sentido del oído, la vista la perdí para mi desgracia hace bien poco. Camino
a tientas, no me acostumbro ni creo poder hacerlo por mucho entrenamiento que
tenga; estoy ciego, es la dura realidad y todavía no soy capaz de asumirlo.
El accidente que me dejó de esta manera es
reciente en el tiempo, a pesar de las recomendaciones de mis amigos, la
desesperación campa a sus anchas muy a menudo, más de lo que puedo soportar. Me
hablan, me aconsejan, me marcan nuevas directrices para que me vaya haciendo a
mi nueva vida y a la minusvalía que me va a acompañar por los restos. Siempre
me muestran las posibles ventajas que voy a tener, pero no les termino de creer.
¿Cómo pueden videntes enseñar a un ciego?
Antes de ayer, conocí a un ángel, pues así
tiene la voz, cantaba junto a mí una bella canción, una bella melodía
centroeuropea, no entendí la letra pero todo lo demás me llevaba hasta la
gloria. Me acerqué a ella, tanteando la tomé de las manos y la dije que por fin
tenía una ilusión. – Por favor, sé mi amiga.- Ese fue todo mi afán, ella me
miró y me sonrió al despedirse de mí.
Todavía aguardo su respuesta.
Interessante história de vida retratada com tanto simbolismo...
ResponderEliminarUm beijo