sábado, 17 de diciembre de 2011

Mutatis mutandis

- Buenos días señor ex inspector Gracia
- ¡Ay bella Lola, andas algo errada! Y sobre todo poco informada de los últimos acontecimientos, debes mutar el tratamiento, suprime el prefijo “ex” pues he vuelto a ser repuesto en mi cargo.
- ¡Enhorabuena! ¿Y a qué se debe tan maravillosa e inesperada noticia? 
- Bueno, obviamente te supongo enterada del vuelco electoral de hace unas fechas, y claro está que a alguien como un servidor, capaz de poner entre rejas no solo a un peligrosa célula maoísta, sino al mismísimo Santiago Carrillo en sus tiempos de poseedor de adminículos interparietales (o sea una peluca), pues bien, con esos méritos en mi expediente y otros que hoy no vienen al caso, era una tamaña insensatez tenerme fuera de la lucha contra el crimen.
- Pues no sabe usted como me regocijo de esa reposición, para celebrarlo ¿le pongo una cerveza?
- Bella Lola ¿estamos por ventura en Múnich, en octubre y tú eres una fornida teutona?
- No, no y no (San Pedro dixit) 
- Pues discúlpame, pero si no se dan esas tres premisas, ponme un güisqui como solía, no vayamos a perder las buenas costumbres, según Severo 8a, las conexiones neuronales discurren a mayor velocidad si van engrasadas con alcohol (de elevado octanaje)
- Marchando, y de nuestro buen amigo el ex inspector Bernal ¿Qué se fizo?
- Por aquí resopla, precisamente; ¡Bernal!
- ¡A sus ordenes señor inspector!
- Vamos a ver, ¿no te acabo de decir que quiero que el tráfago por la Gran vía discurra como cuchillo caliente sobre pastilla de mantequilla?
- Si señor inspector, pero con esto de las compras navideñas…
- ¿Sabes lo que hago yo con los peros? 
- No, señor inspector, pero me lo imagino. 
- Pues arreando, que es gerundio, si hace falta te pones en medio de la calzada en la plaza de Callao. Y ahora, si me disculpáis voy a darle la buena nueva a Margarita Ricchi.

Felices fiestas para todos, sobre todo a mis amigos de la blogosfera de los que no tengo su correo o su Facebook y no lo puedo hacer personalmente.


martes, 6 de diciembre de 2011

Tempus fugit


¿Cuántos números somos capaces de memorizar? No me refiero a los números ordinarios, sino a la cantidad de contraseñas distintas que poseemos, olvidémonos de los números de teléfono más habituales que todos recordamos en un instante sin necesidad de echar mano de un directorio, también de los número de las casas donde vivimos, trabajamos, de los familiares y conocidos; también de las líneas de metro y autobús; vamos a centrarnos en las contraseñas como dije al principio.

Pues bien, hoy me toca apuntarlas todas, y no es una cuestión baladí, empecemos  a enumerarlas: las tarjetas bancarias, mínimo dos, porque encima por pura vaguería no has sido capaz en todos estos años de unificar el número secreto, también está el número de acceso a la banca por internet, que es un número diferente pues te exige ocho dígitos y no cuatro como en las tarjetas, por lo que te toca acordarte de otro número y en este caso siguiendo las indicaciones de seguridad del banco, ni se te ocurra poner fechas, ni de aniversarios, ni de natalicios y si puede ser intercalando letras minúsculas y mayúsculas, mejor. 

-       -   ¿Te queda mucho?

Espera hombre, no acabo sino empezar; bueno continuemos con el número famoso del PIN del teléfono móvil; por cierto, me quedo con la duda de saber qué significa esta tan llevada sigla o abreviatura, en fin, qué se le va a hacer. En esto fui más inteligente que con las tarjetas, los dos móviles que poseo llevan el mismo número. Ahora otras contraseñas; claro, la del ordenador cuando arranca (algunas veces igual que una moto); luego hay otras contraseñas que reseñar, las de mis cuentas de correo electrógeno, eléctrico o electrónico, siempre los mismos números, pero distintos a los anteriores, las de acceso a páginas especiales como vagos, facebook, etc., sin olvidar por supuesto las de acceso a mis blogs, voy a apuntar que se las envíen a Andrés para que escriba un buen epílogo.

-          Venga hombre no te enrolles.

Que no tío, enseguida acabo; después de los números ¿qué más me queda? Si, apuntar que la contribución y la tasa de las basuras, se pagan entre Octubre y Noviembre, que esté pendiente del buzón pues estos recibos no están domiciliados y luego si se pasa la fecha de cobro vienen con un recargo de aúpa. Del “numerito” del coche que no se preocupe, lo bueno de la minusvalía es que no pago nada por él, pero mejor que lo venda, para tenerlo en la puerta de casa muriéndose de risa…

-          Qué pesado que eres

Entiéndeme,  hay que dejarlo todo atado y bien atado, estas cosas luego para la familia son un tostón, mejor apuntarlo todo. ¿Por dónde iba? Bueno, los recibos de la comunidad, como no tiene acceso a la banca virtual y no puede emitir transferencias, mejor que se acuerde de ingresar el dinero en la Caja del señor Rato, pero que recuerde que el ingreso solo se puede efectuar del diez al veinte de cada mes y en horario de ocho a diez de la mañana, simpatía que derrochan estos banqueros, luego en el anuncio dicen que te hacen las cosas más fáciles.

-          Mira, el tiempo ya se acabó

-          Bueno, no te pongas así, solo la digo que la quiero mucho y ya está, terminado, ya nos podemos ir.

-          ¿Sabes lo que pasa? Si hubiera muchos como tú, los sepultureros harían cola esperando y mi plus de productividad se iría al carajo. La muerte no puede esperar.

-          Bueno, perdona, ¿Dónde vamos, arriba o abajo?

-          Ya te enterarás.



Dedicado a Montse, afortunadamente a tu reloj le queda mucha arena

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