¿Cuántos números somos capaces de memorizar? No me refiero a
los números ordinarios, sino a la cantidad de contraseñas distintas que
poseemos, olvidémonos de los números de teléfono más habituales que todos
recordamos en un instante sin necesidad de echar mano de un directorio, también
de los número de las casas donde vivimos, trabajamos, de los familiares y
conocidos; también de las líneas de metro y autobús; vamos a centrarnos en las
contraseñas como dije al principio.
Pues bien, hoy me toca apuntarlas todas, y no es una
cuestión baladí, empecemos a
enumerarlas: las tarjetas bancarias, mínimo dos, porque encima por pura vaguería
no has sido capaz en todos estos años de unificar el número secreto, también
está el número de acceso a la banca por internet, que es un número diferente
pues te exige ocho dígitos y no cuatro como en las tarjetas, por lo que te toca
acordarte de otro número y en este caso siguiendo las indicaciones de seguridad
del banco, ni se te ocurra poner fechas, ni de aniversarios, ni de natalicios y
si puede ser intercalando letras minúsculas y mayúsculas, mejor.
- -
¿Te queda mucho?
Espera hombre, no acabo sino empezar; bueno continuemos con
el número famoso del PIN del teléfono móvil; por cierto, me quedo con la duda
de saber qué significa esta tan llevada sigla o abreviatura, en fin, qué se le
va a hacer. En esto fui más inteligente que con las tarjetas, los dos móviles
que poseo llevan el mismo número. Ahora otras contraseñas; claro, la del ordenador
cuando arranca (algunas veces igual que una moto); luego hay otras contraseñas
que reseñar, las de mis cuentas de correo electrógeno, eléctrico o electrónico,
siempre los mismos números, pero distintos a los anteriores, las de acceso a
páginas especiales como vagos, facebook, etc., sin olvidar por supuesto las de
acceso a mis blogs, voy a apuntar que se las envíen a Andrés para que escriba
un buen epílogo.
-
Venga hombre no te enrolles.
Que no tío, enseguida acabo; después de los números ¿qué más
me queda? Si, apuntar que la contribución y la tasa de las basuras, se pagan
entre Octubre y Noviembre, que esté pendiente del buzón pues estos recibos no
están domiciliados y luego si se pasa la fecha de cobro vienen con un recargo
de aúpa. Del “numerito” del coche que no se preocupe, lo bueno de la minusvalía
es que no pago nada por él, pero mejor que lo venda, para tenerlo en la puerta
de casa muriéndose de risa…
-
Qué pesado que eres
Entiéndeme, hay que
dejarlo todo atado y bien atado, estas cosas luego para la familia son un
tostón, mejor apuntarlo todo. ¿Por dónde iba? Bueno, los recibos de la
comunidad, como no tiene acceso a la banca virtual y no puede emitir
transferencias, mejor que se acuerde de ingresar el dinero en la Caja del señor
Rato, pero que recuerde que el ingreso solo se puede efectuar del diez al
veinte de cada mes y en horario de ocho a diez de la mañana, simpatía que
derrochan estos banqueros, luego en el anuncio dicen que te hacen las cosas más
fáciles.
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Mira, el tiempo ya se acabó
-
Bueno, no te pongas así, solo la digo que la
quiero mucho y ya está, terminado, ya nos podemos ir.
-
¿Sabes lo que pasa? Si hubiera muchos como tú,
los sepultureros harían cola esperando y mi plus de productividad se iría al
carajo. La muerte no puede esperar.
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Bueno, perdona, ¿Dónde vamos, arriba o abajo?
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Ya te enterarás.
Dedicado a Montse, afortunadamente a tu reloj le queda mucha arena
Mis contraseñas se irán a la tumba conmigo. No quiero que nadie se lleve un disgusto.
ResponderEliminarPreciosa la foto del fondo...pero tendrás que cambiar el color de la letra, se lee francamente mal.
Hola Amigo.
ResponderEliminarEs cierto, demasiadas contraseñas y números para recordar. Algunas justicables por la modernidad de nuestras acciones y otras necesarias por seguridad. Algunas contraseñas son recuperables, pero sólo por el usuario, otras se perderán en la memoria y el tiempo... me parece buena idea que hubiera un banco de contraseñas virtual para que los amigos blogueros pudieran escribir un epitafio de despedida en los blog, facebook, correos... que dejan de vivir (actualizarse) cuando sus dueños los abandonan o se van a más allá.
Un abrazo.
Muy bueno tu relato, que es además un retrato muy realista de la sociedad actual. Es curioso comprobar como las tecnologias nos han ayudado mucho a mejorar nuestras condiciones de vida, pero tambien y al mismo tiempo,estamos dominados y controlados por ellas y a veces, más que ayudarnos consiguen ponernos de los nervios, como en el caso de las múltiples contraseñas que nos piden para ver o consultar (a veces) cualquier tonteria. Un beso y buen fin de semana,
ResponderEliminarFantástico relato amigo Jose, la prisa que tiene el de la guadaña, luego nos contaras si ha sido abajo o arriba. Un abrazo. P.D. le mandé un mensaje a Montse, pero no me ha contestado ¿sabes algo de ella?
ResponderEliminarAy los números, yo soy tan mala con los pins y las contraseñas que casi todas son iguales. Me ha sorprendido el final, no me imaginaba que el que esperaba fuera el que no se nombra. ¿Está malita Motse? que hace mucho que no la veo. Besos
ResponderEliminarJose Antonio yo ademàs tengo las claves de la banca de la empresa y las de la cia-telefònica y asi te puedo seguir diciendo, al final no sabrè ninguna...jajajjaa
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Pues tienes razón, Jose, esto va a ser un lío porque lo que es yo, no le doy las claves a nadie. Que investiguen. Un abrazo
ResponderEliminar¿Qué le pasa a Montse?
Muy puntero, Jose Antonio. Yo tengo carpetas en el ordenador con muchas de las claves. El día q pete la máquina morirán con ella los accesos a las cuentas de mercadona, vuelin y muchas otras, qué se le va a hcer, detalles del progreso. Aunq espero q, como a Montse, aún me queden unas cuantas horas.
ResponderEliminarUn abrazo