¿Y qué es un río? Un río lo es todo, aunque no lo pueda parecer, miras desde arriba del puente y sólo ves agua discurriendo en un sentido determinado, miras pero no ves, aunque el dicho sea al revés, pero desde arriba no puedes observar la belleza que todavía atesora, a pesar de nuestros alevosos intentos, aún conserva vida, acompáñame.
Ten cuidado y sube conmigo el pretil del puente, no hay peligro, al otro lado está el prado donde antaño estuvo el camping, bajo los fresnos se resguardaban las tiendas de familias campistas, de las que mejor no queríamos saber donde iban sus detritos, hogaño, prohibidas las acampadas salvajes el prado respira salud, sobre todo en primavera cuando se llena de campanillas, dando un toque amarillo espectacular, sobre todo si te fijas en los bordes, junto a la valla de piedra que lo circunda, pues allí en la umbría brotan los auténticas violetas, una de las flores más bellas que encuentras en la sierra.
Con cuidado, salta la alambrada que separa el prado del cauce, algunas veces dejan en el estío a las vacas, pastar la hierba fresca junto al río, en lo más recio de Agosto, apenas queda hierba jugosa para los animales y el que posee tierras junto al río, puede alimentar mejor a las bestias.
Una vez llegados al cauce, espero por tu bien que tengas buen calzado, no es conveniente venir con chanclas playeras, lo mejor es unas sandalias de agua o algún calzado deportivo de deshecho, caminar sobre los cantos rodados ejercita los tobillos, pero tiene el peligro de caerse cuan largo es uno, por desgracia, al no ser tan puras las aguas que bajan, las algas se pegan a las piedras haciéndolas todavía más resbaladizas, por lo que conviene que hagas como yo y cortes una rama seca para apoyarte.
¿Sigues sin ver nada? Antiguamente antes de acertarte a la orilla notabas el primer signo de vida, pues siempre saltaba alguna rana, grande o pequeña era inevitable su salto, hermosas siempre, verdes con su raya amarilla en el lomo son sus ojos saltones y su boca cerrada; pero no las busques ahora, no hay, la superpoblación de cigüeñas además de la plaga de cangrejos americanos comiéndose sus puestas, hicieron que el croar sea una música que no se escucha ya por estos pagos.
¿Ves las piedras grandes en medio del cauce? Las usaban las larvas de libélula para abandonar sus carcasas de ninfa, desplegar sus alas y dar un salto al cielo, volaban incansables revoloteando mostrando sus colores, naranjas unas y violetas las demás, tampoco las busques, fueron pasto también de la voracidad de los cangrejos.
Afortunadamente, no todo está perdido, si te fijas bien en los remansos, no faltan las bogas, los gobios y estáticas en la corriente, atentas a cualquier alimento que les pueda llegar, están las pintonas truchas, quedan pocas por desgracia, no tienen descanso apenas, hay muchos más pescadores de los que puede soportar su ciclo reproductivo.
¡Mira allí! Hoy hemos tenido suerte, una culebrilla está agazapada al acecho de cualquier incauto pececillo, de crío me encantaba coger alguna y asustar a las chiquillas que tomaban el sol en la pradera de la poza “engaña”, generalmente hasta que no me veían las manos libres no se quedaban tranquilas, ¿me seguirán recordando por eso?
Ten cuidado, no te apoyes sobre esa roca, un sapo, después de remojarse, está tomando el sol, no hacen nada, pero mejor no molestarlo; en invierno por esa chorrera, no es infrecuente contemplar algún mirlo acuático sumergiéndose en las heladas aguas, siempre consigue encontrar alguna mínima sabandija que llevarse al pico.
De todas formas, es difícil imaginar como era este río hace tan solo veinte años, sus aguas eran completamente transparentes, rebosantes de vida, en primavera los barbos y bogas remontaban la corriente dejando un precioso espectáculo en las chorreras; debajo de cada piedra encontrabas infinita vida animal, canutillos, gusarapas, renacuajos, miles de formas y colores. Por eso miro ahora con encono a los niños que llegan con sus redecillas al hombro dispuestos a acabar con los pocos alevines que quedan en los remansos.
No recuerdo quien dijo, con más razón que un santo, que si no hubiera tantas piscinas, se cuidarían más los ríos.
Hola, me he permitido el atrevimiento de pasarne desde el Trolley de Nieves.
ResponderEliminarMe ha traido muy buenos recuerdos las sensaciones del rio que comentas, que pena que los hayamos cambiado tanto en tan poco tiempo.
Deberiamos concienciarnos mucho más para conservar algo tan valioso.
Saludos.
José Antonio cuanto razón tiene esta ultima frase. Hace mucho que no voy de excursión como lo hacia siendo crío en el pueblo de mi abuela. Todo lo que nos cuentas lo he vivido, hace unos veinte años, era así como jugábamos de pequeños, usando la imaginación, convirtiendo el río en una mar, las hojas que llevaba en barcos y las criaturas que merodeaban fuera y dentro del agua en fantásticas. Que recuerdos. Una pena que se pierdan las costumbres y lo que mas que dejemos que la naturaleza, desgraciadamente para las nuevas generaciones, preocupadas mas por lo ultimo en PSP, poco a poco desaparezca. Un abrazo.
ResponderEliminarConservar algo tan bonito como la naturaleza debería ser lo mas importante para todos. Te he acompañado y me encantado en paseo, una pena que no fuera igual que hace años. Besos.
ResponderEliminarhe disfrutado con la corriente y con las aguas, con la cartografía y la radiografía sentimental que le haces al río
ResponderEliminarsaludos blogueros
Sou apaixonado pelos rios, suas águas e beleza. Pena é que o homem insista em os destruir :(
ResponderEliminarGrande abraço,
paulo
Me encanta seguir el recorrido de los rios, no soy muy senderista que digamos, pero si hay un rio cerca eso me motiva mucho más, un rio es vida y atrae vida. Precisamente iré en unos dias a hacer una ruta al Hayedo de Montejo, siguiendo el rio, intentaré fijarme en todas esas cosas que nos has contado en tu entrada de una manera tan descriptiva y observadora. Un beso,
ResponderEliminarsiento el retraso.
ResponderEliminardespués de leer como comparabas el río de hace veinte años y el actual, solo produce cierta tristeza, puesto que tanto las cigüeñas como los cangrejos americanos que acabaron con especies autóctonas de la zona, también fue como de las personas.
un abrazo, siempre es muy productivo e instructivo leerte :))
Que postagem deliciosa... uma criatividade impressionante... eu adoro os rios... suas águas cristalinas, fonte de vida e paz.
ResponderEliminarQue lástima que os homens não os cuidem como deveriam... desde criança eu frequento lugares de rios... gosto de banhar-me neles... me sinto solta, mais próxima da natureza... água que corre e escorre sobre a pele...
Um beijo carinhoso.
hl, Jose Antonio!
ResponderEliminarsiempre es un placer viajar contigo. Este paseo por el río me ha encantado. Siento que al final tengamos siempre q reconocer q cualquier tiempo pasado fue mejor. Yo tb miro con encono a más de uno, y a menudo no se trata de niños!
un abrazo
Ufff,me cuesta mucho leer con la letra en blanco, se me van los ojos a la plantilla, Jose Antonio, ¿quizá otro color la resalte más?.
ResponderEliminarNo te sepa mal, pero me cuesta seguir la lectura y saborear el texto del río.
Volveré y lo leeré en otro momento, así me cuesta demasiado.
Un saludo cordial.
Hola José Antonio.
ResponderEliminarNo hay nada más maravillosos que ver un río limpio... el agua lo es todo.
Un abrazo.
Soy yo, José Antonio, Primitivo, ¿te acuerdas de mí?, nada, para saludarte y desearte lo mejor. He venido hasta tu escrito y me he enterado del misterio y del encanto de la naturaleza, me ha encantado leer una cosa así. ¿Sabes?, por fin, he escrito una historieta en mi blog, ¿te acuerdas?, "Bajo una coliflor", por si quieres leerla. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarPrimitivo
Hola J.A.
ResponderEliminarVengo a saludar te sigo y te acompaño.
Un fuerte abrazo Amigo.
Hola Jose, ¿que tal, todo bien? se echan de menos tus escritos. Solo quería compartir con uno de mis mas antiguos amigos blogueros que estoy currando. Un fuerte abrazo y muchísimas gracias por tu apoyo.
ResponderEliminarSi es por esa razón, me quito el sombrero ante usted. Que tengas mucha suerte y muchas ganas. Gracias por responderme con tanta celeridad. Un abrazo.
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