Se puso a nadar junto a ella, exhibiendo su perfecto estilo de natación, comenzó a dar vueltas a su alrededor, por debajo y por encima de ella, como un pavo real, la envidia de cualquier delfín, desplegó pues todos sus encantos que sabía que eran muchos, su cuerpo se encontraba en sazón.
Ella no fue inmune a sus encantos, también ella se encontraba en lo mejor de su vida, en esa madurez física y mental en la que sabía perfectamente lo que quería, dentro de su cuerpo, sus hormonas la llamaban a no rechazar a aquel varón que luchaba por destacar, por ser su amante, por ser su compañero de cópula.
Juntos iniciaron la danza sublime del amor, perfectamente compenetrados unieron estrechamente sus cuerpos, sin dejar resquicio alguno entre ellos, su unión fue perfecta y les pareció que duraba un siglo, aunque sólo pasaron unos minutos.
Junto a ellos, se desató una vorágine de cuerpos resplandecientes que buscaban lo mismo que ellos, todas las feromonas del orbe se habían expandido a su alrededor, por lo que miles de parejas se formaron en un instante abrazadas tan intensamente como lo estaban ellos, nadando y copulando desaforadamente, todo ello creó un formidable maelstrom, y ellos se encontraban en pleno vórtice, por lo que fueron testigos de excepción del desarrollo de este hecho, nuevo para ellos.
Sus sentidos se hallaban embotados, ajenos a todo lo que no fuera disfrutar del sexo y del amor, por lo que nunca se llegaron a dar cuenta de la tragedia que se cernía en torno a ellos, en un instante, todos quedaron boqueando, faltos de oxigeno en la cubierta del barco.
Un `coitus interruptus´ con muy mala leche. Y peor final.
ResponderEliminarUn abrazo
joooo por que has tenido que estropearlo? Parecia tan romántico.... tiene razón Javir que tienes mala leche jajajajja.
ResponderEliminarUn besote.
Hola José Antonio.
ResponderEliminarTe ha faltado añadir que es una copulación a distancia, "casta", sin contacto... Es un pez OVÍPARO que se reproduce por huevos. La hembra los expulsa y el macho los fecunda una vez los huevos estén en el exterior. Vaya se pierde todo el romanticismo que quedaba a la historia encima se van virgenes a la bodega para convertirse en filetes de pescado ;D
Mira que eres malo con los pececillos pobres!
Un abrazo.
Asi es la realidad, cruel, y siempre estropeado los mejores momentos. Un abrazo.
ResponderEliminarJosé Antonio, un magnifico relato, pero tiene razón Javi, con un poco mala leche jeje.
ResponderEliminarMis felicitaciones por tu blog.
Saludos
Buenos días José Antonio, de todo el relato me quedo con el cortejo, me da pena el final pero gracias a finales como esos podemos disfrutar de los manjares del mar. Un abrazo
ResponderEliminarPrimitivo
Pues vaya, ya me pareció extraña la foto de los pececitos y pensé, "aquí algo no encaja...". Alguno ha dicho más arriba que has estropeado un momento de amor mágico, y tiene muchísima razón (jajajaja).
ResponderEliminarBesossss.
Cardumen de atunes... vaya descripción de cómo se aparean los peces justo en un momento tal puntual y determinante como el momento de la captura. Eres un experto narrando temas curiosos... no se me habría ocurrido escribir sobre este tema y yo preocupada por tratar temas serios, ése no es el tema si no fijarse en detalles imperceptibles y tratarlos como un complemento especial.
ResponderEliminarMe gustó mucho esta lectura.
saludos.
Hola José Antonio.
ResponderEliminarVengo a anunciarte que tienes un mensajed e Javir en mi post;
http://veodigital.blogspot.com/2010/11/monasterio-de-piedra-fotos-cuentos-y.html
Tu verás pero creo que nos están retando...je,je,je.
Si aceptas esta vez te paso las fotos sobre la que puedes confeccionar la espeluznate trama.
Un abrazo.
PD. Te he votado en todos los directorios ;D
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarTienes una forma diferente de ver lo cotidiano, simplemente me gusta.