Aquel día perdí un trozo de mi corazón, perdí un amigo, perdí un trabajo, perdí parte de mi familia.
Pero encontré una doctora que me atendió como una hermana, encontré amigos que reafirmaron nuestra amistad, encontré a mis hijos que maduraron de golpe y encontré a ella, que hizo setecientos kilómetros con el corazón en un puño, que cuando abrí los ojos estaba conmigo, que cuando me abrazó no sabía si reír o llorar, que cuando finalmente lloró sus lagrimas que quemaron el cuello, que prometió no volver a dejarme solo, que siempre estuvo conmigo en mi recuperación, que siempre me animó cuando estaba triste.
Aquel día perdí un trozo de corazón, pero encontré el de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario